En la vida de comunidad Dios me muestra el camino del profundo respeto al otro; no lo toco, renuncio a querer penetrar en él, renuncio a cambiarlo, creo que Dios lo ama, lo sostiene en su debilidad y le muestra el camino; muchas comunidades se vienen abajo porque se desbordan constantemente con la exigencia mutua de cambiarse.